Reiki se utiliza no solo como tratamiento físico, sino que es una excelente y efectiva terapia para tratamiento psicológico y emocional. Aunque la mayoría de los estudios clínicos en el mundo se hacen sobre sus excelencias sobre aspectos como tratamiento del dolor, regulador de las funciones orgánicas, potenciador de los sistemas inmunológico y depurativo, que son los bastiones de cualquier enfermedad, es más desconocida su faceta como modulador psicoemocional y muy efectiva herramienta de abordaje psicológico.

Reiki actúa sobre la mente burda y la sutil, sobre la mente consciente y la zona subconsciente, allí donde la mente racional no sabe o no puede intervenir. Como el cuerpo físico está interconectado con el cuerpo mental y el emocional, nuestras patologías pueden aliviarse o agravarse. Según palabras de Frank Arjava Petter » La división artificial de los tres que hemos creado en la cultura occidental hace que nuestras vidas sean miserables».

En nuestro cuerpo físico no solo se alberga la Mente en la cabeza, sino prácticamente en todas las zonas del cuerpo. De ahí que la reflexología actúe asimismo sobre el cuerpo y la Mente/Corazón a partir de la oreja, las manos, el rostro, los pies…Y que un masaje en la espalda o la aplicación de otros tratamientos, como Reiki, alivie las emociones que más nos afligen.

Cuando se hace Reiki tan importante como tratar la cabeza es tratar la garganta (autoestima, comunicación), la zona de la glándula Timo-Corazón (equilibrio razón y emoción, miedos, ansiedad, ira, perdón…), plexo solar (angustia, ansiedad, miedos, represión emocional…), abdomen (fortaleza interior) y pubis (culpas, arrepentimientos…), por hacer un brevísimo resumen de cómo todo nuestro estado psicoemocional está repartido por todo nuestro cuerpo.

Las múltiples capas de nuestra Mente albergan nuestros pensamientos, el pasado, los recuerdos, el futuro, los deseos, como suma total de nuestra experiencia de vida, sino también nuestro ideario de vida, nuestras habilidades, nuestros éxitos y fracasos, y lo que nos imprime nuestra sociedad (cultura, religión, ideologías, …) . También la suma de nuestras vidas pasadas y la suma del inconsciente colectivo. Por lo tanto, somos un universo complejo en sí mismos en el que a veces parecemos estar seriamente perdidos.

Como Reiki – Energía Universal de la que procedemos y formamos parte- es consustancial a nosotros mismos nos devuelve al estado natural de calma que nos corresponde por naturaleza. Nos desata los nudos que se han formado a lo largo del tiempo, restaura nuestras correcciones psicoemocionales primigenias, reequilibra todos los estratos de nuestra Mente y Espíritu/Alma. Nos reconcilia, en definitiva, con nosotros mismos y con el entorno en el que vivimos.

Por lo tanto, Reiki no es solo una excelente herramienta de tratamiento psicológico, sino que introduciendo Reiki en la vida de una manera asidua nos mantiene en un equilibrio psicoemocional constante.

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